Se habla mucho de la tolerancia a la frustración, de resiliencia y de la capacidad de los niños para asumir aspectos negativos sin rabietas o conductas disruptivas. Hoy en la reflexión del lunes (podéis ver posts anteriores aquí, aquí, aquí) hago una lista de algunas de las cosas que me frustran más en mi trabajo y que normalmente suponen una dosis extra de autocontrol para que no me pase lo mismo que al pobre Hades…
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- que los “profesionales” hablen de los niños como seres manipuladores, que no hacen las cosas porque no les da la gana, que no vean más allá
- que la intervencion en TEA niegue en la práctica, la expresión emocional
- que las familias antes de probar algo te digan que eso con su hijo no funciona
- que no dejemos a los niños elegir
- que la administración no proporcione los apoyos necesarios
- que haya zonas donde la atención a la diversidad sea nula
- que unos padres no puedan pagar la terapia por culpa del paro, dela crisis y del retraso en el pago de las subvenciones
- que le ofrezcas ayuda a los mismo padres y la rechacen
- que no permitamos frustrarse a los niños
- que la gente crea a los charlatanes que dicen curar el autismo
- que el diagnóstico sea una liberación, porque supone una luz después de meses e incluso años de peregrinación y dudas
- que cunado le doy pautas a alguien me diga “eso ya lo sé” ¿entonces que esperabas la varita mágica?
- no ser capaz de ofrecer todo lo que una niño o familia necesita
- bloquearme en una intervención
¡y con esto me he desahogado para empezar el lunes libre de frustraciones y con mucha energía!¿ Y a vosotros que os frustra?
Ser abuela de un niño, 8 años, con autismo y no poder tomar decisiones sobre su intervención.
Ser abuela de un niño, 8 años, con autismo y no poder tomar decisiones sobre su intervención.