Tener un huerto en casa no es fácil, pero sus ventajas superan a los inconvenientes. últimamente hay mucha gente que tiene huertos o mini-huertos en terrazas, balcones, terrenos pequeños… Estamos hablando de unas cuantas plantas, o es necesario empezar a lo grande (ya que podríamos frustrarnos pronto). Lo ideal es ir ampliando nuestra huerta a medida que vayamos sintiéndonos mas seguros. O simplemente tener una huerta pequeñita y coqueta 🙂
Sin embargo, este no es un post sobre agricultura sino sobre cómo puede beneficiarnos familiarmente practicar la horticultura:
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- Pasarás más tiempo en familia: El huerto es responsabilidad de todos y hasta los más pequeños pueden ayudar, moviendo la tierra, sacando maleza, regando y cosechando.
- Los niños comerán más frutas y verduras: Es muy típico que los niños con huerto en casa sean más proclives a probar y disfrutar alimentos nuevos. Aquí me acuerdo siempre de Esther Cuadrado, de la Sonrisa de Arturo, a la que en unas jornadas escuche decir que Arturo había probado tomates cherry por primera vez porque salían de una planta que ellos tenían, y que desde ese momento aquella planta fue la más fructífera del mundo, pues siempre tenía tomates a su disposición (estratégicamente colocados 🙂
- Es una razón más para que los niños estén al aire libre: Muchos padres luchamos por mantener a nuestros hijos lejos de las pantallas y tener un jardín es una gran alternativa.
- Es una gran herramienta educacional: Ver cómo crece una planta, la necesidad de regarlas, las consecuencias del exceso o defecto de agua, la paciencia de verla madurar… son grandes aprendizajes que se dan sin darte cuenta en estos entornos.
- Comerás los alimentos más frescos y sabrosos
- Sentirás la satisfacción de cosechar tu propia comida. Es una buena forma de inculcar valores como el respeto a la naturaleza, el trabajo, el esfuerzo personal, etc.