Un par de días me ha costado ponerme a escribir, porque la resaca emocional que me traigo de las Jornadas de Surestea no es pequeña.
Me emociona ver a las familias y a los profesionales motivados por aprender, pero también por participar, por compartir, por ayudar.
Me emociona ver como las mamis se prestan consejos, se apuntan trucos y se dan apoyo.
Me encanta que al acabar un taller venga alguien y me diga, que ha sido ameno y sobretodo que le he ayudado en algo; un truco, una idea, un clic.
Yo sé algunas cosas, pero me faltan muchas por aprender, muchísimas. Y en cada taller, en cada charla, en cada ponencia, descubro todo lo que me falta por aprender.
Me siento orgullosa de poder ayudar, pero mucho más de todo lo que aprendo, de todo lo que me enseñáis con vuestras preguntas, con vuestras aportaciones, con vuestra presencia.
ASí que si, como le dije a alguien en un descanso, yo no aprendo sólo cuando voy a talleres de oyente, sino también cuando voy de ponente y algunos de los trucos que comentasteis yo también los pondré en práctica con mis chicos y sus familias.
Gracias a todas por participar, y a Mercedes Lancharro y todo el equipo de Surestea por tratarme tan bien y darme la oportunidad de aprender tanto. Eso si, con ganitas me quedo de conocer al bombón! 🙂
Pero por si todo esto no fuera bastante, la vida me ha dado la oportunidad en este finde de conocer a Rosa, de Divertea, no tengo palabras para definir el trabajo que está haciendo en Cáceres, pero me parece que es una de esas personas que cuando la conoces se queda en tu vida para siempre.
POr muchas más jornadas, por muchos más aprendizajes y por mucha más emoción!