Intereses restringidos: una de las dificultades de nuestros peques, una de las luchas diarias del sistema educativo (de los profes “malos”) sacarles de su zona de confort. Y yo me pregunto… ¿más? ¿Alguien cree que los chicxs con autismo u otros trastornos del neurodesarrollo viven en una cómoda y amplia zona de confort? Pues hay gente que sí, pero no debe de estar muy acostumbrada a usar esa cosa llamada empatía…
Nuestra propuesta, ya lo sabéis, es aliarnos a los intereses restringidos y usarlos para motivar y aprender.
La motivación es la base de todo aprendizaje, pero en ocasiones la prisa, el desconocimiento o el arraigo a viejos patrones de enseñanza-aprendizaje, hace que la dejemos de lado, perdiendo valiosísimas oportunidades de APRENDER, así en mayúsculas, porque no me refiero a aprender a leer, ni a escribir, ni siquiera fracciones o derivadas, me refiero a valores, habilidades, emociones… a cosas importantes.
Podríamos decir que hay una clave: observar al niño y al entorno, hacerlo centro del proceso de enseñanza y diversificar al máximo sus intereses evitando encerrarnos en rutinas de trabajo y pensamiento que acaban con la propia motivación de la actividad.
Si queréis profundizar en esto, recordad que tenéis a vuestra disposición el taller “Aprendiendo a motivar a los peques” dónde hablamos de esto y de más cosas… Y si queréis más info sobre esta formación también podéis consultar este artículo que escribimos hace unos meses, que os da un adelanto de algunas ideas en las que se profundiza en el curso.
Ah! y me han hablado muy bien de este libro que veis en la imagen… ¿alguien lo ha leído? Se aceptan comentarios!
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