Hace unos meses hice un curso presencial de iniciación a la disciplina positiva, con Mº Carmen Gambin de TuxcCoaching. La idea sobretodo para llevarlo a la práctica en casa, pero por supuesto para continuar añadiendo formas de intervención respetuosas en terapia.
Es cierto que choca con la terapia conductual en el punto de vista de los premios y el reforzamiento positivo; pero yo siempre creo que más que lo que se dice, es importante cómo se dice; y desde mi punto de vista es ficticio no elogiar a los niños cuando hacen algo bien, ¡todos nos gustan los elogios!
Sin embargo, quitando este “pero” que para mí es pequeño, me gusta mucho la forma de abordar el conflicto y sobretodo, como anticiparnos a posibles dificultades; por ejemplo evitando el no y disminuyendo con ello la ansiedad y la frustración de nuestros chicos.
Los cinco criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva según la autora Jane Nelsen en su libro “Cómo educar con firmeza y cariño” son:
- Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora)
- Ayuda a los niños a sentirse importantes (Conexión)
- Es eficaz a largo plazo
- Enseña valiosas habilidades para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad…)
- Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas
