Uno de las mayores cuestiones “logísticas” que nos realizan los padres esta relacionada con las/los educadores que van a trabajar con el niñ@.
Por supuesto, es normal la preocupación respecto a la formación, el tiempo de experiencia, etc. pero en nuestro caso se añade una cuestión que no es tan frecuente en otros tipos de intervenciones ¿por que dos educadores?
Pues el hecho de que sean dos personas las que trabajen con el alumno tiene una serie de ventajas como son:
- Generalización: lo que el niño aprende, lo traslada a otras personas. Un niño entrenado y trabajdo siempre con el mismo terapeta puede no responder adecuadamente a las demandas de otras personas, lo cual dificulta la normalización de sus aprendizajes, y por tanto su inclusión. Sin embargo un niño trabajado por varias personas (con la misma metodología y programas de trabajo) tiene mayor capacidad tiene para regular su conducta en función de medio (y de las personas).
- Reforzamiento: Dos personas suponen el doble de ideas y de tiempo para pensar en cosas que hacer y que le puedan gustar a los niños. Además una misma canción cantada por dos personas puede ser dos reforzadores a la vez! porque de la educadora A me gustan los gestos que hace, pero de la B me gusta más su tono de voz….
- Feedback: A pesar de realizar supervisiones clínicas, el trabajo entre dos es mucho más rico para el niño puesto que hay diferentes perfiles y diferentes personalidades que dan importancia a unas cosas o a otras de la programación haciéndola más consistente.
- Practicidad: en caso de enfermedad o de cualquier tipo de accidente por parte de uno de los miembros del equipo siempre hay alguien preparado para intervenir que conoce al niño, la familia, su programación y su conducta. La experiencia nos dice que es muy complejo realizar una sesion de trabajo satisfactoria con un niño al que no conocemos ni nos conoce.