A. fue la primera chica con autismo con la que trabajé como terapeuta; antes había conocido a otros, a P. sobretodo a P. que me enseñó tanto… del amor incondicional, de la fuerza, de la medicación, de los intereses restringidos… y de la forma en que no hay que intervenir. A, era lista, listísima, pero su Ci no sería muy alto, hablaba poco, pero se hacía entender a las mil maravillas. Tenía 10 años.
Luego llegó B. con energía incombustible, memoria prodigiosa, lengua de trapo pero incansable (el silencio no iba con él) y unas dificultades conductuales importantes.
Después C. y D. y E. casi a la vez, todos chicos, lo único que tenían en común. Uno leía pero tenía muchas limitaciones en autonomía, el otro era un bebote grande, el tercero necesitaba una motivación increíble para hacer cualquier cosa, excepto para el juego simbólico; se montaba cada película!
Y fueron llegando más F. G. H… Grandes, pequeños, con algunas similitudes y muchas diferencias.
Cada uno es diferente al otro, y además no existen los compartimentos estancos, no se trata de autismo tipo 1: es inteligente, a nivel curricular va perfecto, tiene dificultades conductuales; autismo tipo 2: nivel de inteligencia medio, habla espontáneamente, deficits sociales; autismo tipo 3…. eso no existe! es un contínuo y todo está mezclado.
Nadie diría persona tipo 1: rubia, simpática, tiene un lunar en el hombro, licenciada en derecho. Persona tipo 2: morena, pelo corto, maestra, don para los idiomas ¿es de locos verdad?
Para mí lo más importante es que han ido derribando mitos uno a uno: sobre sus capacidades, sobre su conducta, sobre las emociones, sobre el lenguaje, sobre la comunicación…
Las campañas de concienciación son necesarias, hay que visibilizar, pero hay que visibilizarlo todo, y eso es complejo. Muchas personas dentro del colectivo LGTB no están de acuerdo con las cabalgatas y carrozas del día del “orgullo gay” y es perfectamente lícito, pero hay otro sector que sí y también es lícito, y habrá otros que no quieran participar pero consideren adecuado que se haga; y, ¿adivinais? creo que también es lícito, si. Cada uno muestra su realidad y contribuye a la lucha como puede, como quiere o como sabe.
Dentro del TEA pasa un poco lo mismo ¿no? Hay tantas cosas que mostrar, y aún andamos en pañales en temas de concienciación. ¿sabéis cual sería para mi la solución real? Que la inclusión sea un hecho en la vida de los pequeños, para que se conviertan en adultos a los que no hay que concienciar. Y que no nos olvidemos de los jóvenes y los adultos y los hagamos visibles a través de puestos de trabajo y de espacios de formación, con los apoyos que sean necesarios.
Concluyendo: cada uno es como es y para mi lo importante es saber como ayudarle a que sea el mejor él que pueda ser, no la persona con TEA a la que menos se le note, sino la persona con TEA que menos limitaciones tiene para ser como QUIERE ser.
Reflexiones 3: Para mi siempre es 2 de abril